En la mayoría de los casos en los que las furgonetas no son quemadas al abandonarlas, el mayor deterioro que estas sufren se debe al largo periodo de abandono que sufren después, y en el que sufren la mayoría de los daños por rapiña y vandalismo. Una furgo encontrada en los 2 o 3 días siguientes a su abandono es perfectamente recuperable. Dos meses después no queda nada más que el esqueleto.
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