martes, 1 de diciembre de 2009

¿POR QUÉ HAN ROBADO NUESTRA FURGO? ¿PARA QUÉ LA QUIEREN?

A la vista de los casos descritos anteriormente, y dada su edad y precio de mercado, la opción “f” la podemos descartar directamente. La “e” casi se descarta sola en un vehículo con 14 años y la versión de motorización más floja de las Sprinter, con apenas 70 CV. Este motor casi lo regalan, ya que la gente lo quita para meter el de 110 CV o superior. La “d” la descartamos también en base a un simple razonamiento: la furgo fue robada a una hora a la que siempre estamos en casa, con las ventanas mirando directamente hacia ella. Si hubieran hecho el más mínimo seguimiento como para saber que estaba “camperizada”, sabrían que esa hora era la más comprometida. O les va el morbo, u opción descartada.

Nos quedan entonces alguna de las tres primeras, lo que supone que se va a convertir en una herramienta de trabajo para un grupo de delincuentes, organizados en mayor o menor medida, y que una vez la furgo haya desempeñado su cometido, será abandonada. Dependiendo de si es un caso “a”, “b” o “c” tardará menos o más, en este orden, en aparecer (todo, por supuesto, son elucubraciones muy teóricas, basadas en el sentido común, pero ya sabemos que entre esta gente, este es el menos común de los sentidos). Ahora, eso si, la elección ha sido perfecta: un modelo con muchísimos ejemplares idénticos rodando por todas partes, y además recién pintada, sin un solo rasgo distintivo, como un rostro en blanco, podría ser cualquiera de los cientos con las que te cruzas a diario por las carreteras.

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